SAN VICENTE DE PAUL LA SENCILLEZ DE LA CARIDAD Y LA TERNURA

¡Glorioso San Vicente, Patrono de todas las asociaciones de caridad y padre de todos los desgraciados, que durante tu vida jamás abandonastes a ninguno de cuantos acudieron a ti! Mira la multitud de males que pesan sobre nosotros, y ven en nuestra ayuda. Alcanza del Señor socorro a los pobres, alivio a los enfermos, consuelo a los afligidos, protección a los desamparados, caridad a los ricos, conversión a los pecadores, celo a los sacerdotes, paz a la Iglesia, tranquilidad a las naciones, y a todos la salvación. Sí, que todos experimenten los efectos de tu tierna compasión, y así, por ti, socorridos en las miserias de esta vida, nos reunamos contigo en el cielo, donde no habrá ni tristeza, ni lágrimas, ni dolor, sino gozo, dicha, tranquilidad y beatitud eterna. Amén.